viernes, 18 de junio de 2010

Motores del cosmos ruso

Sotileza | El Diario Montañés 
El 24 de abril de 1927, transcurrida una década desde la revolución bolchevique, se inauguró una inusual exposición en el nº 68 de la calle Tverskaia, en el centro de Moscú . Era la 'Primera Exposición Universal de proyectos y modelos de aparatos, mecanismos, dispositivos y materiales históricos interplanetarios'. «Un extraordinario homenaje al viejo sueño de conquistar el espacio y llegar a los planetas de nuestro sistema solar», a juicio de los comisarios de la muestra santanderina John E. Bowlt, Nicoletta Misler y Maria Tsantsanoglou. La tecnología que convertiría en realidad el sueño de volar permanecía distante y quizá era éste el motivo de que las apreciaciones del vuelo fueran tan delirantes y libres. «Al menos en Rusia, algunos de los primeros constructores de aeroplanos, los implacables soñadores y los artistas parecían a menudo estar viviendo en otro estado, rocambolesco e infantil».
Este contexto histórico y la tendencia a intentar representar lo 'irrepresentable', que descansa sobre la base de las composiciones abstractas de Kandinsky, composiciones que también expresaban la inquietud del ser humano ante el cosmos, constituyen el fundamento de la exposición que copará la atención artística del verano desde Santander.
Un objetivo primordial de 'El cosmos de la vanguardia rusa: arte y exploración espacial, 1900-1930' consiste, por ejemplo, en la manipulación de las vocales simples realizada por Kruchenykh para producir un 'Lenguaje Universal' en su poema de 1913 Vysoty [Las alturas]; o el impulso más espiritual del grupo Vía Láctea,41 que enfatizaron la 'mentalidad aérea' de la vanguardia.
En opinión de los organizadores, la ambición rusa por conquistar el espacio «se debía tanto a excéntricos filósofos y artistas radicales, como a rigurosos científicos e ingenieros. Para los artistas más sensibles de aquella época, el cosmos se convirtió incluso en una temática alternativa, no adulterada por la trivialidad de la vida material». Además de incluir piezas de centros museísticos europeos muy diversos, cuenta con la aportación del State Museum of Contemporary Art y de la Aliki Costakis Collection y los prestamos de importantes instituciones rusas.

La institución editará este verano un completo catálogo en español e inglés en el que, además de la reproducción y catalogación de las obras, se incluyen textos de seis importantes especialistas, además de una bibliografía especializada.

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