Guillermo Balbona | El Diario Montañés
'Oscura luz' reúne desde mañana en la galería de Miengo, por vez primera en Cantabria, las esculturas del artista asturiano
«Cuando acabo una escultura, y tiene algo, muchas veces no sé lo qué es, estoy intrigado con ella, y casualmente le ocurre lo mismo a los demás. Eso es lo que a mí me sorprende». El artista asturiano Pablo Maojo, que expone desde mañana en Cantabria por primera vez, es el segundo protagonista de la temporada de la galería municipal de Miengo, Robayera, cuya programación arrancó el pasado mes de mayo.
El espacio de las antiguas escuelas de Cudón exhibirá la creación de Maojo, cuya trayectoria se ha conformado a través de numerosas exposiciones individuales y colectivas tanto en España como en otros países, y ha estado presente en algunas de las ferias más importantes del circuito internacional de arte contemporáneo (Basilea, Arco), y en Bienales europeas. Es notoria también su presencia en importantes premios y certámenes de pintura y escultura del circuito nacional.El multipremiado artista asturiano de Villaviciosa ha participado en varias ediciones de ARCO, con la galería asturiana Cornión, y sus obras se encuentran en diferentes museos y colecciones públicas de nuestro país. De su creación se dice que apasionada. «Su pasión es jugar con los relieves, lo que se acrecienta a medida que aparece el color en la obra para resaltar o descubrir aspectos ocultos que sólo el espectador atento puede desentrañar. Se establece una relación de emociones que seducen, cautivan, y hasta enamoran, relegadas a fin de cuenta a la sensibilidad que tenga o despierta el observador».
Bajo el epígrafe de 'Oscura luz' presentará desde mañana (inauguración a las 19.30), una veintena de piezas representativas de su concepto escultórico: «cuanto más afina su destreza como escultor, más se produce el desbordamiento de lo puramente escultórico hacia otras artes, otros lenguajes».
Maojo (San Pedro de Ambas-Villaviciosa, 1961), posee un universo iconográfico que mantiene una tensión entre lo racional y analítico y un grafismo primitivista donde vibra el color en formas elementales.
La vitalidad del geometrismo, pero también de la pluralidad de expresiones y estrategias marcan su obra, que está representada en numerosas colecciones particulares, instituciones y museos, entre ellas el de la Fundación La Caixa (Barcelona), Bellas Artes de Asturias, E.P. Alto Lindoso (Portugal), Fundación San Benito de Alcántara, Cajastur, Fundación Evaristo Valle.
La madera como materia dominante ofrece un rico mundo de sugerencias escultóricas mediante «intervenciones directas, cortes elementales, cuya aparente rudeza no excluye, junto a sugestiones de la naturaleza, una notable belleza plástica, subrayada en ocasiones por los colores, rojo y azul principalmente, muy saturados».
Junto a obras monumentales, Maojo es autor de un gran número de creaciones, tanto escultóricas como pictóricas, de notable «capacidad inventiva y encanto formal» que denotan su gusto por la libertad creativa. En su trayectoria, de formación autodidacta, ha experimentado con todo tipo de técnicas: pintura, dibujo, grabado y, sobre todo, escultura. «Hay gente que pasa por ser artista, cuyo fin es vivir del arte, pero yo creo que la expresión artística es algo intrínseco e inevitable de la persona», dice Maojo.
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