La galería Nuble presenta el próximo jueves 25 de febrero al artista Polaco Pawel Anaszkiewicz a duo con el Madrileño Geso que muestran el videoproyecto "El Frame alterado".
'Toda opacidad de la materia, toda dilación o duración de las sensaciones han sido de este modo reducidas a un puro fenómeno de velocidad. Es innegable que nuestro tiempo acelerado es el de la marcha de este fenómeno hacia la realización de su esencia absoluta: espacio-luz. La apariencia convertida en trans-parencia: esto es: película traslúcida: vector o trayecto de luz cargado de información de un mundo representado, que no sentido'.
Alberto Ruiz de Samaniego. 'V/W o la guerra de Virilio'
El frame alterado es un diálogo hermoso y suculento en el que cada contertulio -cada pieza artística- habla con franqueza desde su atalaya exponiendo su verdad. Es un espectáculo de convivencia más que amistosa en el que se dan cita las diferentes realidades paralelas de la imagen, que protagoniza finalmente el encuentro. Comparece en primer lugar la imagen tradicional, fenomenológica y directa, esa que surge de la materia percibida por nuestros sentidos al completo en sinestesia. Son partes de las video-instalaciones de Pawel, concretamente unas flores naturales y una silla de plástico. El segundo nivel está compuesto por dos 'especulaciones' básicas, la sombra que proyecta la silla al interponerse entre el haz de luz y el suelo, y la imagen perfecta que de las flores emite el espejo sobre el que están colocadas. Tercer nivel escópico: aparece el interface, la captura y la domesticación de la imagen, la recogida de un fragmento de realidad y su proyección a través de la pantalla o sobre el propio espacio. Y por último la imagen de síntesis, diseñada y compuesta por entero en digital, sin referente matérico ya, una fantasía de luz hecha con números, el futuro.
Reflexiones a parte, las obras de Pawel y Geso, diferentes generaciones y proyectos dentro de una misma disciplina amplia y compleja, el videoarte, ofrecen una deliciosa experiencia estética.
Las piezas de Pawel Anaszkievicz (1950, Gdynia, Polonia) gravitan en torno a un concepto de belleza clásico y elegante y se sirven de la composición y el azar para provocar ese sabroso punto de ligera perplejidad en la lectura atenta de sus vídeos e instalaciones, ese giro de la lógica que gusta encontrar también en la vida y al que el artista está casi obligado. En EASO, si bien es el creador quien descubre el motivo y lo recoge, también es artista inconsciente el viento que provoca una hipnótica danza al sacudir esas sombrillas cerradas, coquetas damas con miriñaque ejecutando una coreografía aleatoria al rumor de las olas del mar. También el rumor es el silencioso tesoro que encierra Silla blanca, video-instalación en la que la imagen de la ribera de un río se prolonga de la pared por suelo hasta los pies del espectador, que encuentra en esa silla un lugar para meditar frente al constante fluir del agua. Flores arrodilladas es la promesa de un perfume, el juego doblemente narcisista de un grupo de lilium que repetidos en un espejo se asoman a las frías aguas de la pantalla para presenciar tanto su destrucción como su resurgimiento.
Las videocreaciones de Geso (Madrid, 1977), moniker adoptado por P.I.A. en 2004, prescinden de la realidad sensible y son puro diseño digital, abstracción formal programada en dos dimensiones. Beziehungsohr (término inventado en alemán que significa oreja-relación) es un vídeo que representa el delirio de las posibilidades de la forma transformándose en el espacio ilusorio de la pantalla en absoluta sintonía con el poderoso beat de la música electrónica y experimental del dúo Klangstabil. Ilusión visual en el plano, un cubo de Rubick en los colores luz básicos, rojo, verde y azul, comienza a transformarse, deshacerse, combinarse, multiplicarse y fundirse finalmente hacia la luz pura, mezcla de todos los colores. Una experiencia visual y sonora, psicodélica y progresiva, que para el autor simboliza las diferentes formas de comunicación posibles, 'el final del vídeo simboliza esa comunidad virtual y espiritual, donde el ser forma parte de un todo, de una comunidad'. Bye, Bye TV es un homenaje al apagón analógico, una fantasía videográfica a partir de ese familiar icono que es la carta de ajuste, que en un romántico ocaso dejará paso definitivamente al dominio del digital. Una revolución en la que lo 'analógico' va dejando paso a lo 'lógico', a la información 'discreta'. Bye Bye TV nos recuerda que asistimos a un cambio de era o de paradigma en el que el arte, y en concreto aquí, el videoarte, hace de impagable bisagra, de fabuloso laboratorio, de chistera mágica donde todo sigue siendo posible, de catársis siempre, al otro lado del espejo.
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